viernes, 12 de febrero de 2016

Razones para rechazar el socialismo






 El socialismo y el comunismo tienen la misma ideología


El comunismo no es sino una forma extrema del socialismo. Desde el punto de vista ideológico, no hay diferencia sustancial entre los dos. De hecho, la Unión Soviética comunista se llamó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (1922-1991) y la China comunista, Cuba y Vietnam se definen a sí mismas como naciones socialistas.



 El socialismo viola la libertad personal


El socialismo busca eliminar la “injusticia” al transferir los derechos y responsabilidades de los individuos y las familias al Estado. En el proceso, el socialismo realmente crea injusticia. Se destruye la verdadera libertad: la libertad de decidir todos los asuntos que se encuentran dentro de nuestra propia competencia y de seguir el curso mostrado por nuestra razón, dentro de las leyes de la moralidad, inclusive los dictados de la justicia y la caridad.











 El socialismo viola la naturaleza humana


El socialismo es anti-natural. Destruye la iniciativa personal ‒un fruto de nuestra inteligencia y libre albedrío‒ y lo sustituye por el control del Estado. Donde quiera que se implementa, se tiende al totalitarismo, con su gobierno represivo y policial.




 El socialismo viola la propiedad privada

El socialismo clama por una “redistribución de la riqueza”, tomando de los “ricos” para darle a los pobres. Impone impuestos que castigan a aquellos que han sido capaces de aprovechar mejor su talento productivo, y capacidad de trabajo o de ahorro. Utiliza los impuestos para promover el igualitarismo económico y social, un objetivo que podrá lograrse plenamente, de acuerdo con el Manifiesto Comunista, con la “abolición de la propiedad privada.”






El socialismo se opone al matrimonio tradicional


El socialismo no ve ninguna razón moral para restringir las relaciones sexuales al matrimonio, es decir, la unión indisoluble entre un hombre y una mujer. Por otra parte, el socialismo socava la propiedad privada, que Friedrich Engels, el fundador del socialismo moderno y del comunismo junto a Karl Marx, vio como el fundamento del matrimonio tradicional.




El socialismo da al Estado, y no los padres, el control de la educación de los niños. 

El socialismo se opone a los derechos de los padres en la educación
Casi desde el nacimiento, los niños han de ser entregados a las instituciones públicas, donde se les enseñará lo que el Estado quiere, independientemente de las opiniones de los padres. La teoría evolucionista debe ser enseñada. La oración en la escuela debe ser prohibida





 El socialismo promueve la igualdad radical


Una supuesta igualdad absoluta entre los hombres es la premisa fundamental del socialismo. Por lo tanto, considera que toda desigualdad es injusta en sí misma. Los empleadores privados son rápidamente calificados de “explotadores”, cuyas ganancias pertenecen realmente a sus empleados. Como consecuencia, se descarta el sistema salarial.




 El socialismo promueve el ateísmo


La creencia en Dios, que a diferencia de nosotros es infinito, omnipotente y omnisciente, choca frontalmente con el principio de igualdad absoluta. El socialismo por consiguiente rechaza lo espiritual, afirmando que sólo existe la materia. Dios, el alma, y la otra vida son ilusiones, de acuerdo con el socialismo.




El socialismo promueve el relativismo


Para el socialismo no hay verdades absolutas o moral revelada, que establecen las normas de conducta que se aplican a todos en todo lugar y en todo tiempo. Todo evoluciona, incluyendo la verdad y el error, el bien y el mal. No hay lugar para los Diez Mandamientos, ni en la vida privada ni en la esfera pública.
El socialismo se burla de la religión



De acuerdo con Karl Marx, la religión es “el opio del pueblo.” Lenin, el fundador de la Unión Soviética, está de acuerdo: “La religión es el opio del pueblo. La religión es una especie de aguardiente espiritual de mala calidad, en el que los esclavos del capital ahogan su imagen humana, y su demanda por una vida más o menos digna del hombre…” (El socialismo y la religión escrito en 1905)


Crimenes del comunismo









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