lunes, 28 de noviembre de 2016
El Argumento Ontológico Modal (Alvin Plantinga)
http://www.filosofocristiano.com/la-existencia-de-dios
jueves, 17 de noviembre de 2016
terrorismo-no-tiene-religión
El terrorismo no tiene religión
El terrorismo no tiene religión: solo que la ira de muchos ateos los hace pensar lo contrario
Los creyentes condenamos todos los actos de terrorismo.
Not in My Name (No en mi nombre)"
"Los atentados son acciones cometidas por criminales, que no representan a los musulmanes o a los árabes, o a los cristianos",
Texto Por: P. Fernando Pascual
Con frecuencia se habla de “terrorismo islámico”. Con menos frecuencia se habla de terrorismo hinduista, terrorismo budista, o terrorismo cristiano.
Podemos preguntarnos: ¿es correcto hablar de terrorismo religioso? ¿Existen ideas en las propias creencias religiosas que impulsan a las personas a cometer crímenes sobre seres humanos inocentes y desarmados?
La respuesta puede encontrarse desde una doble perspectiva.
La primera, teorética (o de contenidos): si las religiones, en su esencia profunda, son caminos a través de los cuales los hombres buscan la verdad sobre Dios y sobre sí mismos, resulta sumamente contradictorio hablar de terrorismo religioso.
La segunda, desde una perspectiva “sociológica”: parecería posible que algunas personas concretas usen (manipulen, deformen) sus creencias religiosas para usarlas “motivaciones” o excusas para el crimen.
El acercamiento de los hombres al mundo de Dios implica un esfuerzo por acoger verdades que enaltecen y que orientan la propia vida. Ser religioso significa reconocer la existencia de una realidad superior, un Ser divino, que da valor y sentido a la vida humana en el tiempo y en lo eterno, y que exige un comportamiento acorde con las propias convicciones religiosas.
Existe, ciertamente, un pluralismo religioso que hace que el acercamiento a Dios no sea fácil. ¿Cuál de las religiones sería la verdadera? La pregunta resulta fundamental, pues la aceptación de unas o de otras creencias no puede apoyarse simplemente en emociones personales, en tradiciones de grupo, en miedos irracionales o en prejuicios injustificados.
Por desgracia, pueden darse formas de perversión individuales o de grupo, también a nivel teórico, que lleven a pensar que la muerte de otros seres humanos inocentes sea parte de la propia vida religiosa. Estos tipos de perversión, sin embargo, muestran una de las más dramáticas paradojas del ser humano: llegar a confundir lo malo con lo bueno, hasta el punto de creer que un crimen horrendo sea agradable a Dios.
Junto a esas formas de perversión de algunas religiones, es posible que entre los creyentes de las distintas religiones se den actitudes de violencia que culminen en la creación de grupos terroristas. En esos casos, hablar de terrorismo religioso resultaría impropio si el uso de palabras e ideas religiosas por parte de los terroristas no reflejase las convicciones auténticas de la religión a la que dicen pertenecer.
En ese sentido, terroristas que matan y usan palabras o versos del Corán antes de sus atentados están en abierta contradicción con la fe que dicen profesar. Como también lo están quienes usan fórmulas de otros libros religiosos (de la Biblia, por ejemplo) para justificar matanzas y crímenes de inocentes.
Para referirnos a esos casos, según una perspectiva sociológica, es posible hablar de terrorismo religioso. Estamos ante personas que piensan pertenecer a tal o cual religión y que cometen atentados terroristas desde el abuso de algunas ideas que suponen propias de su mundo religioso.
Hay que aclarar, sin embargo, que el creerse parte de una religión concreta, no significa que esas personas representen verdaderamente lo que piensan representar. Aunque uno diga que es cristiano, o budista, o hinduista, o musulmán, sus actos concretos no reflejarán sus creencias religiosas si cae en actitudes de violencia y de abuso condenadas abiertamente por la religión a la que se dice pertenecer.
Es una profanación de la religión proclamarse terroristas en nombre de Dios, hacer en su nombre violencia al hombre. La violencia terrorista es contraria a la fe en Dios Creador del hombre; en Dios que lo cuida y lo ama”.
En definitiva, hablar de terrorismo religioso es como hablar de una sal dulce: la verdadera religión es incompatible con cualquier forma de violencia gratuita sobre inocentes. Vale la pena recordarlo, a la hora de juzgar si ciertas creencias sean o no sean realmente religiosas, y para denunciar cualquier uso manipulado de la religión como aval para cometer crímenes que ofenden a Dios y a los hombres
christopher hitchens y la guerra de irak
Ahora que haran Santa a Teresa de Calcuta, se vera como una cascada en foros ateos, el documental de christopher-hitchens dedicado a Santa Teresa, en el cual miente cada 30 segundos, pero los ateos jamas mencionaran otras ideas de este "periodista" y sus grandes campañas en apoyo a la guerra de Irak, patrocinadas algunas y algunas mas de forma personal, por eso el ateo en latinoamerica esta cegado, no ve mas alla de lo que pasa en el mundo mundial, este señor hizo campañas contra musulmanes tambien, esparcio el odio contra ellos, dio consejos a los negros de USA a que participaran mas en las guerras, que demostraran su "hombria" hizo muchas cosas con lo que se ganó el repudio de muchos seguidores. Se imaginan las ideas que tenia de los indocumentados latinoamericanos en USA ja, mejor ni las digo, por cierto jamas se comprobó que Irak tenia tantas armas como este señor pregonaba, lo que si fue y es real fueron los cientos de miles de muertos a causa de esta "guerra en la que christopher hitchens colaboro alegremente desde la comodidad de su oficina. christopher hitchens no mereces mas que el desprecio.
domingo, 13 de noviembre de 2016
Los-absurdos-ateos
La ciencia ha demostrado que Dios no existe; que el hombre no tiene alma; que no hay vida después de la muerte.
La ciencia no puede demostrar ninguna de esas cosas. Todas quedan fuera del método científico. Este mito ha sido difundido por personas ateas que tratan de dar apariencia científica a su ideología.
http://www.geocities.ws/dios/absurdo.htm
El ateo se ve sometido a una presion mental por los absurdos que está obligado a admitir. Así:
1) Admite una materia, por naturaleza propia soberanamente imperfecta, y que, sin embargo, tendría una perfección infinita, la eternidad.
2) Admite una materia absolutamente inerte, que se daría a sí misma una capacidad de transformarse que no tiene.
3) Admite una materia desprovista de inteligencia y que produce obras maestras de inteligencia, como lo es la organización del universo, ese reloj inmenso y complicado que no se rompe, que no se detiene, que no se gasta, que no se descompone nunca.
4) Admite una materia que no tiene vida, y que produce seres vivientes como la planta, el animal, el hombre. ¿Acaso evolucionando podría crear la vida?. Si así fuera, cosa que es imposible, aún faltarían millones de siglos para que se formara la primera cadena de ADN, la más sencilla...
5) Admite una materia que no piensa, que no raciocina, que no es libre, y que produce seres capaces de pensar, de raciocinar, de querer libremente, como el hombre.
Los impíos modernos han renovado el sistema de Epicuro. Suponen un número infinito de átomos que se mueve en el vacío. Un día estos átomos se encontraron por casualidad, se unieron y formaron masas de las que resultaron tierra, sol, luna, estrellas, es decir, el mundo.
Su sistema es pueril y absurdo. Suponen átomos innumerables, mas no dicen de dónde salen. Los suponen en movimiento, pero se olvidan de decir quién los mueve. Suponen que su encuentro fortuito ha producido el mundo, pero no dicen quién es el autor del orden admirable que reina en el mundo.
Estos incrédulos fundan su sistema sobre tres imposibles:
1: Es imposible que existan átomos sin un creador;
2: Es imposible que los átomos se muevan por sí mismos
3: Es imposible que el encuentro de los átomos haya producido el orden sin un ordenador inteligente.
Se necesita un Algo para crear estos famosos átomos, un Algo para ponerlos en movimiento, un Algo para formar esos globos admirables que ruedan sobre nuestras cabezas con orden y armonía sublimes.
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