»La supervivencia del más apto significa que la aplicación de la fuerza o poder es lo conveniente o correcto. Por lo tanto acogemos y cumplimentamos sin remordimientos la ley inexorable de la selección cultural al exterminar a sangre fría las razas inferiores Maorí y australiana… apropiándonos de sus patrimonios«. H.K.Rusden. 1876
El Mundo Anglosajón y muy especialmente la América protestante, ha dado lecciones de moral a la América católica. Los conquistadores ingleses y holandeses fueron por detrás de los conquistadores españoles. Los ingleses se pusieron manos a la obra y lo iban a intentar; la lucha por el dominio del Atlántico también se iba a librar en la retaguardia. España e Inglaterra estaban enzarzadas en la lucha por el predominio marítimo.
Durante el siglo XVI las potencias protestantes, Gran Bretaña y Holanda , desplegaron desde sus dominio de ultramar y la metrópoli la guerra psicológica contra España . El objetivo era conseguir el predominio marítimo y en los territorios de ultramar. El argumento era sencillo , la conquista que estaba llevando a cabo la Corona Española en América, estaba basada en la opresión y la barbarie. Fue difundida por Gran Bretaña y Holanda desde el siglo XVI. Así había nacido La Leyenda Negra. Los anglosajones lograron su objetivo y hoy en día es de gran actualidad, incluso entre algunos políticos muy ilustrados españoles.
Pierre Chaunu ( 1923 - 2009), historiador e hispanista francés, especialista en la América española , fuera de toda duda por ser calvinista, escribió: “La leyenda antihispánica en su versión norteamericana (la europea hace hincapié sobre todo en la Inquisición) ha desempeñado el saludable papel de válvula de escape. La pretendida matanza de los indios por parte de los españoles en el siglo XVI encubrió la matanza norteamericana de la frontera Oeste, que tuvo lugar en el siglo XIX. La América protestante logró librarse de este modo de su crimen lanzándolo de nuevo sobre la América católica.”
Es absurdo creer que las increíbles victorias de un puñado de españoles contra miles y miles de guerreros nativos americanos estuvieron motivadas solamente por los arcabuces, los escasísimos cañones y unos pocos caballos. Aquellos triunfos se basaron sobre todo en las negociaciones políticas que condujeron rápidamente al apoyo de los pueblos indígenas oprimidos por los incas y los aztecas.
Frecuentemente los españoles fueron recibidos como liberadores; sino cómo se explica que a pesar de su número reducido, durante más de tres siglos de dominio español no se produjesen revueltas contra los conquistadores españoles.
Enfrentamiento entre españoles y tlaxcaltecas contra aztecas en el sitio de
Tenochtitlan de 1521
El Espíritu Protestante : "La Leyenda Blanca Norteamericana"
Como escribió Jean Dumont, otro historiador contemporáneo: “Si, por desgracia, España se hubiera pasado a la Reforma, se hubiera vuelto puritana y hubiera aplicado los mismos principios que América del Norte un inmenso genocidio habría eliminado de América del Sur a todos los pueblos indígenas".
La realidad anglosajóna protestante pone blanco sobre negro, la diferencia que tuvo lugar en el Continente Americano. En Norteamérica los indios nativos que sobreviven en la actualidad, son unos pocos miles, mientras que en la América ex española o ex portuguesa, la mayoría de la población actual o bien es de origen indio o es fruto de la mezcla de precolombinos con europeos y con africanos.
La administración norteamericana registra como miembros de tribus indias aproximadamente un millón y medio de personas. Pero en realidad, esta cifra sería muy inferior; para acceder a este registro es suficiente tener una cuarta parte de sangre india.
Por el contrario, la situación en Centroamérica y Sudamérica es muy diferente. Casi el noventa por ciento de la población residente en la actualidad en los territorios hispanoamericanos, o bien desciende directamente de los antiguos habitantes o es fruto de la mezcla entre los indígenas y los nuevos pobladores.
Posiblemente esta clara diferencia conceptual , es consecuencia de planteamientos religiosos distintos. Mientras que los católicos españoles y portugueses, se casaban con total naturalidad con las indias, los protestantes calvinistas ingleses y holandeses, animados por una especie de racismo que les hacía sentir como seres superiores, no estaban predestinados a cruzar su sangre, como estirpe elegida, con indígenas locales.
Esto es, el calvinismo protestante, asume como cierta la teología de la predestinación, lo que condena al indio subdesarrollado porque está predestinado a la condenación, mientras que el blanco es desarrollado como signo de elección divina. Para los colonos protestantes, en el sentido calvinista, los indios no eran unas almas esperando recibir la fe, sino unos desgraciados pecadores que no habían sabido capaces de rentabilizar las tierras y recursos que Dios les había dado. Dios, dolorido por tan ingrata actitud, había decidido readjudicar sus tierras a sus fieles hijos anglosajones que, con el tiempo, consiguieron exterminar, literalmente, razas enteras.
Por esto la mezcla étnica o cultural fue considerada como una violación del plan providencial divino. Juan Calvino, creía en la predestinación, es decir, en que desde el principio de la Creación Dios había predeterminado ya quién se salvaría y quién se condenaría.
Además, este comportamiento racista, ocurrió no sólo en América con los ingleses, sino en todas las demás zonas del mundo donde llegaron los europeos de tradición protestante; el apartheid sudafricano, es otro claro ejemplo . El Apartheid es una típica creación coherente con la teología del calvinismo holandés.
Durante la conquista de las Américas los españoles no consideraron a los nativos como una especie de basura que había que eliminar de los territorios para poder instalarse en ellos como dueños de los mismos. España no organizó, a diferencia de Gran Bretaña, sus territorios como colonias, sino en provincias. El Rey de España nunca se proclamó de emperador de las Indias, a diferencia de la monarquía inglesa, que lo hizo incluso en el siglo XX.
El mundo anglosajón, no sólo tergiversaron la Historia española y la grandes aportaciones de España a América, sino que a la vez silenciaron sus sistemas coloniales que del siglo XVII al XIX , cuando exterminaron casi por completo a los aborígenes de Norteamérica y sometieron a tantos pueblos africanos, asiáticos y oceánicos a una casi total esclavitud. Silencian la permanencia actual de las razas aborígenes en los países colonizados por España, así como el intenso mestizaje que desmiente toda mentalidad racista.
Hace 50 años, una pequeña niña de seis años asistía a su primer día de clases en la escuela primaria William Frantz, en el estado de Luisiana, Estados Unidos.
Esa niña era Ruby Bridges, que tuvo que ser escoltada por alguaciles federales porque la escuela hasta entonces era exclusivamente para blancos y Ruby era negra, en lo profundo del Sur estadounidense.
Es evidente que allí donde estuvo presente la Iglesia católica no hubo racismo, es el caso de España y de Hispanoamérica. Donde estuvo presente el mundo protestante hubo racismo y exterminio de los aborígenes; son realidades .
Sólo España tiene leyenda negra y no la tiene, en cambio, ninguna nación del ámbito protestante; ¿por qué?
España no organizó, a diferencia de Gran Bretaña, sus territorios como colonias, sino en provincias.
En Hispanoamérica el régimen de gestión implantado es el de la encomienda. Mediante este modelo de gestión, el soberano español concedía a un particular un territorio con su población incluida, cuyos derechos los de la población- eran tutelados por la Corona, que seguía siendo la verdadera propietaria
Los colonos protestantes asumieron el derecho, fundado en la misma Biblia, de posesión sin limitaciones toda la tierra que lograran ocupar echando o exterminando a sus habitantes.
En Norteamérica los ingleses primero y el gobierno federal de Estados Unidos después, se declararon propietarios absolutos de los territorios ocupados y por ocupar. La tierra era posteriormente cedida a los colonos, pagando previamente una media de un dólar por acre. Además los colonos eran los encargados de alejar o exterminar, con o sin la ayuda del ejército, a los indios que habitaban esas tierras.
Es el mismo modelo que aplicaron los argentinos durante el extermino de los indígenas de la Patagonia
El genocidio selknam (genocidio selk'nam ogenocidio ona) se conoce a los hechos definidos como genocidio ocurridos entre la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX en contra de los selknam u onas, pueblo amerindio de la isla Grande de Tierra del Fuego. La última representante pura de este pueblo,Ángela Loij, falleció en 1974. Actualmente solo existen algunos descendientes mestizos de esta etnia.
Hacia fines del siglo XIX la isla Grande de Tierra del Fuego concitó el interés de grandes compañías ganaderas. La introducción de las estancias ovejeras creó fuertes conflictos entre los nativos y los colonos británicos,argentinos y chilenos, conflicto que adquirió ribetes de guerra de exterminio
Finalmente, luego de los enfrentamientos directos, se dio paso a un segundo plan: erradicar a todos los indígenas existentes en la isla para ser enviados a la misión de Dawson. En aquella apartada isla, los indígenas sucumbieron rápidamente frente al avasallador avance de la colonización.
Cortar el Cuero Cabelludo
Según la enciclopedia -nada sospechosa- Larousse explica que: ”la práctica de arrancar el cuero cabelludo se difundió en el territorio de lo que hoy es Estados Unidos a partir del siglo XVII, cuando los colonos blancos comenzaron a ofrecer fuertes recompensas a quien presentara el cuero cabelludo de un indio fuera hombre, mujer o niño.”
En 1703 el gobierno de Massachusetts recompensaba con doce libras esterlinas a quien entregara por cuero cabelludo. Esta recompensa favoreció la caza organizada de indios, con caballos y jaurías de perros. Esta actividad, según ellos legítima llegó a convertirse en un deporte nacional muy rentable. Con razón se decía en Norteamérica que “el mejor indio es el indio muerto”. Un indio muerto era un problema menos y también un cuero cabelludo bien pagado por la administración Inglesa o Norteamericana.
Cortar el cuero cabelludo fue una práctica que en la América católica, no sólo era desconocida , sino que, que habría provocado no sólo la indignación de los religiosos, siempre presentes al lado de los colonizadores, sino también las severas penas establecidas la Corona Española que tutelaba el derecho a la vida de los indios.